Con el primer laboratorio de ecología y oceanografía marina del pacífico tropical centroamericano ubicado en el Parque Nacional de Coiba, Panamá avanza en sus esfuerzos por desarrollar investigaciones científicas únicas en la región, y refuerza la posibilidad de convertirse en el futuro en un “hub” o sea un centro logístico o punto de conexión en este campo.
La Estación Científica Coiba (ECC), marca un antes y un después para Panamá en el campo de la investigación oceanográfica, además de impulsar la conservación y las investigaciones en el parque declarado por la UNESCO en 2005 como Patrimonio Mundial Natural de la humanidad dada la riqueza natural, cultural, y biológica que alberga.
Según datos recopilados de la ECC dentro del Parque Nacional Coiba y su Zona Especial de Protección Marina se han contabilizado 1,045 especies de plantas vasculares, 205 especies de aves, 39 especies de anfibios y reptiles, así como 36 especies de mamíferos. Es el área marina de mayor tamaño de Panamá y la más grande del Pacífico Centroamericano, en la que se han identificado 33 especies de elasmobranquios (tiburones y rayas), 20 especies de cetáceos y 814 especies de peces.
“Esto que quiere decir que en una isla no hay otro laboratorio de ecología marina y oceanografía, y que la data que generamos aquí es importante no solo para Panamá, sino para la región, lo que nos convertiría en un futuro hub en investigación en estos temas”, según el director ejecutivo de la Estación Científica COIBA-AIP, doctor Edgardo Díaz Ferguson.
Edgardo Díaz Ferguson es un profesional de las ciencias biológicas con 16 años de experiencia profesional como investigador, docente, gestor, captador de fondos, supervisor y administrador de proyectos en ciencias biológicas, marinas y pesqueras.
Su formación profesional incluye una licenciatura en biología con especialización en zoología por la Universidad de Panamá, un postgrado en docencia superior obtenido en la Universidad Latina de Panamá, una maestría en ciencias biológicas con orientación en ecología y biología marina por la Universidad de Costa Rica y un doctorado en biología animal y genética de organismos marinos obtenido en la Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad de Cádiz, España.
El centro, que es inédito en la región, es una de las cinco Asociaciones de Interés Público creadas en 2018 por la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt ) con la meta de desarrollar, promover y ejecutar proyectos de investigación científica.
También desarrollará programas de educación orientados a la preservación y conservación de la biodiversidad del Parque Nacional de Coiba y las zonas adyacentes, incluyendo las áreas de protección marina y el Corredor Marino del Pacífico Tropical.
Este año se completará el primer plan estratégico 2018-2023 basado en tres programas principales que van desde el monitoreo y acciones de conservación, hasta la investigación.
En el caso de las investigaciones que han acaparado el interés de científicos de distintos países cuenta con 15 proyectos activos en distintas áreas como evolución, diversidad, diversos tipos de oceanografía, arqueología subacuática, y restauración ecológica.
Díaz Ferguson dijo que un país como Panamá se posiciona mejor al contar con la investigación que se desarrolla en el Parque Nacional de Coiba, lo potencia, y fortalece a nivel geopolítico, y a través de toma de decisiones porque se trata de un área de biodiversidad única en el mundo, se estima por ejemplo que el 5% de las especies de peces de la cordillera son endémicas.
La biodiversidad, y la riqueza cultural e histórica son incalculables, de hecho, científicos realizan investigaciones sobre restos arqueológicos precolombinos que todavía yacen bajo agua, y cuyo descubrimiento podría dar luces sobre los antiguos pobladores.
El Parque Nacional de Coiba, situado frente a la costa sudoeste de Panamá, en el Golfo de Chiriquí, protege la isla de Coiba y otras 38 islas e islotes menores, así como las zonas marinas circundantes.
Según la UNESCO es el último refugio de varias especies en peligro como el águila arpía, y uno de los parques marinos más grandes del mundo.
“Este sitio es un laboratorio natural excepcional para la investigación científica y un nexo ecológico fundamental en el Pacífico tropical oriental para el tránsito y la supervivencia de especies de peces pelágicos y mamíferos marinos”, explicó el organismo.
El parque forma parte del Corredor Marino de Conservación del Pacífico Este Tropical junto a Malpelo y Gorgona en Colombia, Coco en Costa Rica, e Islas Galápagos de Ecuador.
Por: Alfredo Meléndez Moulton Foto: EMM.







