Todos somos investigadores en algún momento de nuestras vidas. La indagación y búsqueda es casi permanente para la solución de los problemas y conflictos de la vida diaria. Buscamos información incluso para desarrollar una receta de cocina y al final terminamos poniendo un toque personal antes o después del final.
Si lo anterior parece o es muy simplista, qué es lo que determinaría que dicha búsqueda o indagación fuese o no científica si para realizarla debemos contar con los ingredientes, las cantidades, los tiempos, la observación, la prueba y el resultado final.
¿Previo razonamiento, nos llevó a cuestionarnos qué o quién determinaría si una investigación es científica o no? ¿Sería la práctica rigurosa del Método Científico? ¿Sería determinada por la Academia o la práctica, aunque no se siguiese la rigidez del primero pero que contemplase los puntos más importantes del mismo? ¿O acaso talvez, las empresas que patrocinan dichas investigaciones en las distintas áreas?
Cualquiera fuese la respuesta, debemos recordar que todo el conocimiento ancestral legado por las culturas, los pueblos y sus prácticas fueron los antecesores empíricos de todo el conocimiento actual. Esto nos lleva a recordar cómo en pleno siglo 21, nuestra actualidad, todavía sigue vigente en todos los ámbitos, incluso más, gracias a la internet y las redes sociales, lo que se dio a llamar las pseudociencias o seudociencias.
Es necesario aclara que en el diccionario online de la Real Academia de la Lengua aparece la palabra pseudo o seudo que significa falso. Sin embargo, en el diccionario de Google significa aquella afirmación, creencia o práctica que es presentada como científica y fáctica, pero que es incompatible con el método científico.
Pseudo o seudo ciencias
Karl Popper, filósofo austríaco, destacó que el problema entre las ciencias y las pseudo ciencias se establece en la DEMARCACIÓN entre ambas y que Falsabilidad era ese último criterio, ya que las teorías científicas no son falsables o en otras palabras no se pueden desmentir.
Según el historiador de la ciencia de la Universidad de Princeton Michael D. Gordin «Nadie en la historia del mundo se ha autoidentificado como pseudocientífico. No hay persona que se despierte por la mañana y piense a sí mismo: Me dirigiré a mi pseudolaboratorio y realizaré algunos pseudoexperimentos para tratar de confirmar mis pseudoteorías con pseudoactores».
Recomendamos la lectura del artículo de la periodista Sara Romero, en la página web https://www.muyinteresante.es/ciencia/1813.html en la que destaca las más famosas pseudo ciencias.
Las más conocidas y otras no tanto
Llama la atención que muchos de los nombres que enlistaremos son ampliamente conocidos y con los adelantos científicos al alcance de aquellos que buscan cimentar sus prácticas y que sean aceptadas por la comunidad científica, todavía no vemos que, aunque se divulga ampliamente también a las mismas, siguen sin ser probadas, comprobadas y aceptadas por la cerrada comunidad científica del mundo.
Podemos distinguir entre las pseudociencias a: la acupuntura, la alquimia, astrología, bio descodificación, bio neuro emoción, creacionismo, diseño inteligente, cerealogía, criptozoólogía, dianética, feng shui, fisiognomía, terapias florales, frenología, grafología, homeopatía, numerología, parasicología, piramidología, poligrafía, programación neurolingüística, psicoanálisis, psicología transpersonal, quiropráctica, radiestesia, reiki, sinergética, sinergia, cirugía cuántica, terapia Gestalt, terraplanismo, ufología, esoterismo, medicina alternativa, pensamiento mágico, astrología, parapsicología, psicoanálisis, iridología, quiromancia, biomagnetismo, medicina germánica, frenología, teoría del hielo cósmico, segunda luna, megalitismo, tierra hueca, bio comunicación, hipnosis, mesmerismo, poligrafía, percepción extrasensorial, clarividencia, triángulo de las Bermudas, duendes y hadas y gnomos, vampirismo, herbolaria, santería, mineralogía y muchas más.

Falsos investigadores
Otro aspecto a contemplar, lo tenemos en los falsos investigadores que pueden ser fácilmente identificados en las ciencias cuando el deseo de figuración y de reconocimiento social y económico, está por encina del interés científico y que se da también en los que practican las pseudociencias.
Para finalizar, el tema es tan amplio como interesante, ya que no son solo los neófitos, los ignorantes y la clase popular los que creen en las denominadas pseudociencias, ya que científicos, personas notables y no de pocos recursos, siguen poniéndose en manos de las personas que ejercen dichas prácticas
Por Venus Ungo.





