Comportamiento epidemiológico del VIH-SIDA en panamá, un estudio desarrollado por los investigadores Dinora Bernal, Joel Medina, Isoris Morales es el estudio descriptivo sobre la infección por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) en Panamá abarca el período de 1984 a 2019, analizando datos proporcionados por el departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud (MINSA). Durante este intervalo, se reportaron 2,042 casos de VIH, con un aumento de prevalencia notorio en 2018, y los hombres constituyen el sexo más afectado.
En comparación con datos de OPS/OMS y ONUSIDA para Centroamérica, Panamá destaca como el país con más nuevas infecciones de VIH en la región. La transmisión ha aumentado desde el primer caso en 1984, y la población más afectada son los hombres. A nivel regional, se estima que hay 208,600 personas viviendo con VIH en Centroamérica, contribuyendo a 1.7 millones en América Latina y 250,000 en el Caribe.
El análisis de tres décadas revela un cambio en la población en riesgo, inicialmente centrado en grupos de alto riesgo como homosexuales y drogodependientes, pero evolucionando hacia mujeres y niñas, llegando al 50% en 2020, posiblemente relacionado con contagios perinatales. Aunque las cifras han disminuido desde el pico en 1997, la prevención y el trabajo continuo son esenciales para alcanzar los Objetivos del Desarrollo Sostenible.
En el contexto panameño, el primer caso se detectó en 1984, y la epidemia ha experimentado un crecimiento rápido. A finales de 2012, se registraron 13,095 casos de SIDA y 8,731 fallecimientos. A pesar de los avances, hasta septiembre de 2015, 13,767 personas estaban vivas con VIH, y las muertes alcanzaban las 9,597.
El estudio concluye que el comportamiento del VIH/SIDA en Panamá varía ampliamente, afectando mayormente a hombres, especialmente en el grupo de 25 a 49 años. La concentración en áreas urbanas y el aumento en áreas rurales, como la comarca Ngäbe Buglé, requieren estrategias específicas. Se recomienda reforzar la educación sexual, mejorar el acceso a servicios de salud para pueblos indígenas, y fomentar la concienciación y prevención en colaboración con las comunidades.
Por: Itzel Campos
Foto: Ilustrativa by Canvas





