En Panamá, se está realizando el estudio “Búsqueda y Caracterización de Péptidos Antimicrobianos y Neurotóxicos en Veneno de Animales Ponzoñosos de Panamá”, que tiene como fin desarrollar un antiveneno eficaz para picaduras de escorpiones propios del país y de las neurotoxinas investigadas se realizará además la búsqueda de moléculas antibióticas en venenos de escorpiones que puedan tener propiedades terapéuticas.
Esta investigación contempla un campo poco explorado en Panamá y puede proporcionar alternativas para el tratamiento de infecciones resistentes a los antibióticos convencionales, es desarrollada por el Dr. Marcos Salazar del Centro de Investigación e Información de Medicamentos y Tóxicos (CIIMET) de la Universidad de Panamá y el Dr. Gerardo Corzo Burguete del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México.
El Dr. Corso Explica que en México cuando el Dr. Salazar hacía sus estudios de doctorado tuvieron la oportunidad de hacer una primera investigación sobre el veneno de los escorpiones de Panamá, donde se obtuvieron resultados muy interesantes, sobre la composición molecular de las proteínas y toxinas de los venenos, ese trabajo fue el principio, de este nuevo estudio.
Hemos mantenido la colaboración, trabajando en otros venenos, como el del Tityus Championi que es una especie que también se encuentra en el Sur de Costa Rica; empezamos a trabajar con lo que se llama el conocimiento de la transcriptómica y proteómica total de los venenos. Esto nos lleva a conocer los componentes de los venenos de escorpiones panameños, qué tipo de proteínas conocemos más allá de la bioquímica clásica que hicimos al comienzo y el proteoma nos ayuda a correlacionar esta información.
“En este nuevo estudio, profundizamos en los componentes de estos venenos para hacer una bioprospección, más profunda en cuestiones de contenido enzimático, los compuestos antibióticos que tienen y, sobre todo, conocer cuáles son las neurotoxinas que afectan más cuando un paciente es picado por ellos”, dijo el Dr. Corso.
Estamos estudiando las especies clínicamente más importantes del país, que son los alacranes del género Titius: Tityus asthenes, Tityus atreus, Tityus championi, Titius Cerro Azul, Tityus festae y Tityus jaimei y de los Centruroides: Centruroides bicolor, Centruroides panamensis, Centruroides granosus.
A juicio del Dr. Corzo, es importante como país contar con un antiveneno que pueda neutralizar los efectos de estos tipos de venenos. Lo interesante es la diversidad de escorpiones que tiene Panamá, porque son materia prima para investigar y buscar componentes que tengan una aplicación biomédica.
Sostiene que este estudio tiene tiempo de estar dándose, obviamente, en ciencia siempre se genera algo nuevo y con esa generación de datos se hacen más preguntas, que se van resolviendo en el desarrollo de la investigación. El proyecto es financiado por la Secretaría Nacional de Ciencias y Tecnologías (SENACYT) y debe concluir en seis meses.
En esta etapa de la investigación nos hemos planteado trabajar sobre estos alacranes o escorpiones y buscar compuestos enzimáticos tipo antibióticos y profundizar en lo que son los datos transcriptómicos y proteómicos (que no es más que el estudio a gran escala de las proteínas).
Señala que para Panamá es importante contar con este tipo de estudios, porque sirven de referencia a otros países de la región, que tienen en alguna medida problemas de salud por el veneno de los escorpiones. Lo que aprendamos de acá se puede extrapolar hacia otros venenos que, tal vez, todavía no se han investigado; además de la oportunidad de transferencia de tecnología con estudios entre ambos países.
Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), dan cuenta de que existen algunos microorganismos que en los últimos tiempos han demostrado mayores niveles de resistencia a diversas generaciones de antibióticos y que ponen en riesgo la salud de la población, tales como: Helicobacter pylori, Staphylococcus aureus, Streptococcus pneumoniae, Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae y Salmonella spp; una lista que, desafortunadamente, crece cada vez más y que hace que hoy la resistencia antimicrobiana sea un problema de salud pública. Lo que demuestra la necesidad de encontrar nuevos tipos de antibióticos.
Por: Irina Chan Castillo. Foto: Félix Villarreal / Canva Pro.





