En Panamá, el porcentaje de mujeres científicas roza el 50% del total, ligeramente por encima que la media de los países de la región, sin embargo, persiste la desigualdad basada en género en el ecosistema de ciencia, tecnología e innovación (CTI), según quedó evidenciado en el documento “Política Nacional de Igualdad de Género en Ciencia, Tecnología e Innovación de la República de Panamá al 2040 y su Plan de Acción 2023-2025”.
El documento fue elaborado por la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SENACYT) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en colaboración con instituciones del país. En él se hace una radiografía de las brechas de género en materia de educación y formación, tecnología, innovación y el área de investigación científica. Además, se analizan las políticas de género de Panamá, países de la región y otras partes del mundo.
El secretario nacional de SENACYT, Dr. Eduardo Ortega Barría, explica en el documento que “actualmente, las mujeres representan la mitad de la población en Panamá, pero persiste la desigualdad basada en género en el ecosistema de ciencia, tecnología e innovación (CTI), debido a estructuras y creencias limitantes que se imponen desde la sociedad, las familias, la educación, la cultura y la comunicación”.
Agrega que “las mujeres en Panamá representan un 60% del total de graduados en Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI), no obstante, solo un 40% de ellas desempeñan ocupaciones en áreas de la CTI, participación mucho más baja si nos circunscribimos a las áreas tecnológicas. Por ende, la igualdad de género en la CTI debe contemplar una perspectiva sistémica, interseccional y transdisciplinar e incluir carreras académicas y profesionales de ingenierías, ciencias experimentales, sociales y humanidades”.
Datos recabados en este documento revelan que “entre los cinco principales centros de investigación de Panamá, solo el Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología (INDICASAT AIP) ha tenido como directora a una mujer entre los años 2006 y 2018, en concreto, en dos ocasiones, pero de manera interina o como encargadas, nunca desarrollando un cargo como principales”.
De las cinco universidades públicas existentes en Panamá, en solo una de ellas la rectoría es ocupada por una mujer. Incluyendo a las privadas, el porcentaje de mujeres en rectorías se eleva hasta el 43%.
En lo que se refiere al Sistema Nacional de Investigación (SNI), son mujeres el 38.1% de sus miembros, según datos correspondientes a 2022. En la subcategoría de Investigador Nacional nivel I las mujeres alcanzan un 43%, mientras que para la subcategoría de Investigador Nacional nivel II un 44% y en la categoría de Investigador Distinguido la participación es de solo un 18%.
A nivel universitario, la Universidad de Panamá, alberga el mayor número de investigadores en el SNI, las mujeres constituyen un 35%, en la Universidad Tecnológica de Panamá, que ofrece la mayoría de las carreras de ingenierías, es de 33%, y hasta un 40% en el Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología (INDICASAT). Esto refleja la necesidad de implementar políticas para la promoción y reconocimiento de la carrera de investigador desde las diferentes instituciones que conforman el ecosistema de ciencia del país.
En cambio, en las áreas tradicionalmente asociadas a los hombres, como las Ingenierías, Ciencias Físicas y Matemáticas, Ciencias Naturales (Química y Biología) y Ciencias de la Tierra, la presencia de mujeres está por debajo del 35%. Incluso, en el área de las Ciencias Agrícolas, actualmente hay un 0% de representatividad de mujeres investigadoras.
En lo que respecta al liderazgo de mujeres en proyectos financiados por la Dirección de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico (I+D) de SENACYT, también se muestran estas diferencias apreciadas en los ámbitos anteriores. En cómputo total, en el período comprendido entre 2004 y 2022, menos del 33% de los proyectos financiados por dicha Dirección estaban liderados por mujeres (en términos de cuantía de los fondos asignados, el porcentaje es similar).
La Política Nacional de Igualdad de Género en Ciencia, Tecnología, Innovación de la República de Panamá al 2040 es, por tanto, el resultado de los aportes de diferentes actores relevantes del Sistema de CTI y el Grupo Focal de Mujeres que trabajan actualmente en los sectores de la CTI. Por tal razón, constituye un ámbito para impulsar acciones que favorezcan el desarrollo y la sostenibilidad de un ecosistema de CTI género-incluyente, en un momento en que toca enfrentar grandes cambios y retos en todas las esferas de nuestra sociedad.
Panamá requiere más investigadoras y profesionales de la ciencia, la tecnología y la innovación para lograr una verdadera equidad de género en los centros de investigación y empresas a todos los niveles de la toma de decisiones, y para incrementar la producción científica, el desarrollo tecnológico y la innovación, tanto empresarial como social, que nos ayuden eficazmente a resolver problemas locales, especialmente en áreas prioritarias como son: salud, energía, capacidad agroalimentaria, cambio climático, transformación digital, logística y, por supuesto, las propias desigualdades de género que la CTI tiene que contribuir a revertir como uno de sus objetivos explícitos.
Panamá necesita también involucrar más activamente a la sociedad en los propósitos, logros y procesos de una CTI que ha de estar en permanente diálogo con la ciudadanía. Y, en esto también, el papel de las mujeres de las comunidades resulta clave. Es imperante, por ello, que las mujeres sean protagonistas de la sociedad y economía del conocimiento, estando asimismo representadas en las políticas públicas para lograr un desarrollo equitativo en las dimensiones social, económica y ambiental.
Por: Irina Chan Castillo/ Foto: Canva Pro.
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