Itzel Campos/ Foto Ilustrativa Canva Pro

La NASA ha lanzado una convocatoria mundial invitando a aficionados y profesionales de la fotografía a capturar imágenes de los enigmáticos «Eventos Luminosos Transitorios» (TLE), fenómenos celestes que incluyen los misteriosos «duendes rojos». Estos TLE son destellos de luz colorida y brillante que se forman sobre las nubes durante las tormentas eléctricas, siendo notablemente más efímeros que los rayos.

El proyecto, liderado por la organización de ciencia ciudadana Spritacular en colaboración con la NASA y la Universidad Católica de América, busca interceptar y documentar estos fenómenos ópticos. Los organizadores pretenden crear el primer “catálogo de eventos de TLE”, lo cual será un recurso crucial para la comunidad científica en el estudio de la atmósfera superior.

Con la creciente disponibilidad de cámaras de alta calidad, el proyecto anima a los voluntarios a documentar estos fenómenos. La iniciativa promueve la colaboración entre comunidades activas en la observación de estos eventos, así como entre personas interesadas en aprender más sobre el tema y expertos en electricidad atmosférica y espacial. La NASA destaca que esta base de datos permitirá a los investigadores identificar casos interesantes y realizar estudios detallados y análisis estadísticos exhaustivos.

Para participar en este innovador programa, los interesados deben registrarse en el sitio web oficial de Spritacular. A través del blog “Recursos”, los voluntarios pueden aprender los métodos y criterios necesarios para identificar los fenómenos TLE.

La NASA recomienda que los participantes se ubiquen a entre 100 y 400 kilómetros de una tormenta y utilicen una cámara Réflex digital o una cámara sin espejo con un trípode para garantizar la estabilidad de la imagen.

Una vez obtenida una fotografía y definido el fenómeno, los participantes pueden contribuir al proyecto compartiendo sus imágenes mediante el sistema de envío de observaciones en la plataforma. La NASA subraya que esta colaboración global no solo enriquecerá el conocimiento científico, sino que también fortalecerá la comunidad de observadores de fenómenos atmosféricos, facilitando un intercambio constante de información y descubrimientos.