Un estudio realizado por investigadoras de la Universidad de Panamá ha revelado una preocupante correlación entre la exposición a agroquímicos y el incremento en la prevalencia de la Enfermedad Renal Crónica (ERC) en trabajadores agrícolas y residentes de comunidades rurales.
El artículo, titulado «Agroquímicos y Enfermedad Renal: una Relación Preocupante para la Salud Renal de los Trabajadores y Pobladores de las Zonas Agrícolas,» fue publicado en la revista especializada en ingeniería y ciencias de la tierra, subrayando la necesidad de medidas urgentes para proteger la salud renal de estas poblaciones vulnerables.
De acuerdo con la Real Academia Española, los agroquímicos son sustancias químicas utilizadas en la agricultura para controlar plagas y mejorar la producción agrícola. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud advierte que estos productos pueden ser tóxicos y tener efectos perjudiciales a largo plazo para la salud humana y el medio ambiente, dependiendo de la forma y nivel de exposición.
El artículo destaca que la exposición constante a estos productos químicos, tanto de manera directa como indirecta, pone en riesgo a los trabajadores agrícolas y a los habitantes de zonas rurales cercanas a áreas de cultivo. La ERC, una enfermedad crónica no transmisible que causa la pérdida gradual de la función renal, ha aumentado significativamente en todo el mundo, especialmente en regiones donde el uso de agroquímicos es intensivo.
Los autores, Edilda D. Rodríguez M. y Arecely Esther Valderrama Trujillo, enfatizan la importancia de realizar una evaluación exhaustiva de los riesgos asociados a los agroquímicos y su relación con el desarrollo de la ERC. Esta evaluación es crucial para implementar medidas de prevención efectivas que salvaguarden la salud renal de las poblaciones expuestas. Entre las recomendaciones destacan el uso de equipos de protección, la adopción de prácticas agrícolas sostenibles y la educación sobre los riesgos asociados.
El estudio también pone de relieve el papel que juegan factores globales como la globalización y el consumismo en el incremento de la ERC. La adopción de dietas occidentales, ricas en azúcares y grasas, junto con un estilo de vida más sedentario, han exacerbado los riesgos de desarrollar enfermedades crónicas, incluyendo la ERC.
Además, la globalización ha llevado a la deslocalización de industrias a países con regulaciones ambientales menos estrictas, lo que ha aumentado la exposición a contaminantes industriales tóxicos que pueden dañar los riñones. Esto refuerza la necesidad de una colaboración internacional para abordar estos desafíos y mitigar su impacto en la salud renal a nivel global.
En conclusión, el estudio resalta la urgente necesidad de políticas integradas que promuevan dietas saludables, estilos de vida activos y regulaciones más estrictas sobre el uso de agroquímicos y contaminantes industriales. Solo a través de un enfoque global y coordinado se podrá detener el aumento de la ERC y proteger la salud renal de las poblaciones más vulnerables.
Por: Itzel Campos/ Foto: Ilustrativa by Canvas
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