El consumo de drogas entre adolescentes no solo afecta su salud mental, sino que tiene profundas repercusiones en las adolescentes embarazadas y en sus bebés. El estudio titulado «Adolescentes embarazadas con consumo de drogas: Afectación en la salud mental y materno infantil», realizado por Yadira Castillo y Yamileth Y. Díaz A., y publicada en la Revista Enfoque revela cómo el uso de sustancias tanto lícitas como ilícitas en adolescentes puede desencadenar una serie de problemas de salud pública y social.

El estudio subraya que las adolescentes que consumen drogas no solo enfrentan riesgos de deterioro en su salud mental, sino que también ponen en peligro el desarrollo adecuado de sus embarazos. El consumo de estas sustancias aumenta las posibilidades de complicaciones gestacionales, afectando gravemente tanto a la madre como al feto. A nivel psicológico, los efectos del consumo incluyen depresión, ansiedad y una mayor propensión a la conducta autodestructiva, lo cual agrava la situación en madres adolescentes.

Además, Castillo y Díaz A. explican que el consumo de drogas actúa como un factor que acelera el inicio de la actividad sexual en adolescentes, lo que eleva las tasas de embarazos no deseados en este grupo de edad. Este escenario no solo incrementa los niveles de pobreza y desigualdad social, sino que también genera una carga significativa sobre el sistema de salud y el bienestar comunitario.

El informe concluye que esta situación debe ser abordada con políticas públicas robustas, enfocadas en la prevención del consumo de drogas y en la promoción de la salud integral de los adolescentes, con especial atención a las madres adolescentes, quienes están en una situación de vulnerabilidad crítica.


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