La Organización Mundial de la Salud (OMS) concluyó su participación en un ejercicio internacional de emergencia nuclear de 36 horas, organizado por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), como parte del ejercicio ConvEx-3, el más complejo y de mayor nivel que se realiza en materia de preparación y respuesta ante incidentes nucleares.
El simulacro, que se celebra cada tres a cinco años, tuvo como objetivo evaluar las capacidades de respuesta ante emergencias nucleares y detectar áreas de mejora. En esta edición participaron más de 75 países y 10 organizaciones internacionales, en torno a un escenario simulado que recreaba un accidente en una central nuclear en Rumanía, con la liberación de grandes cantidades de material radiactivo.
Durante el ejercicio, los participantes intercambiaron información en tiempo real, evaluaron riesgos, coordinaron comunicaciones y tomaron decisiones sobre medidas de protección, incluyendo la respuesta médica.
La OMS activó un Equipo de Apoyo a la Gestión de Incidentes, integrado por expertos de sus oficinas nacionales, regionales y de la sede central. Este equipo colaboró con autoridades nacionales para monitorear los efectos en la salud pública, brindar mensajes de protección y apoyo en salud mental a las comunidades afectadas y al personal de emergencia.
Entre las novedades del ejercicio destacaron la coordinación de medidas entre países vecinos como Bulgaria y la República de Moldova, el despliegue de misiones internacionales de asistencia y la incorporación de ciberamenazas como desafío adicional. Además, se utilizó un simulador ampliado de redes sociales para poner a prueba estrategias de comunicación de crisis.
Estos ejercicios permiten comprobar la eficacia de las estructuras existentes, mejorar la preparación técnica, fortalecer la confianza internacional y consolidar una respuesta mundial coordinada ante emergencias nucleares. La OMS, por su parte, reafirma su compromiso de brindar orientación técnica basada en evidencia a los Estados Miembros en temas de salud pública relacionados con la exposición a radiaciones.
Una vez finalizado el simulacro, el OIEA elaborará un informe con buenas prácticas y áreas de mejora, mientras que la OMS revisará las lecciones aprendidas para ajustar sus protocolos y fortalecer su capacidad de respuesta futura.
Por: Irina Chan Castillo / web OMS / Foto: Ilustrativa Canva Pro





