Menos de un tercio de los países cuenta con políticas nacionales para abordar estas enfermedades, pese a que causan más de 11 millones de muertes cada año.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha lanzado una advertencia global: los trastornos neurológicos representan una de las mayores amenazas para la salud pública del siglo XXI, y menos de un tercio de los países dispone de políticas nacionales para hacerles frente.
El primer Informe Mundial sobre la Situación de la Neurología, publicado hoy por la OMS, revela que más de 3 mil millones de personas —el 40 % de la población mundial— padece algún tipo de afección neurológica, mientras que estas dolencias provocan más de 11 millones de muertes anuales.
Las diez afecciones más comunes
El documento identifica como principales causas de mortalidad y discapacidad neurológica al accidente cerebrovascular, la encefalopatía neonatal, la migraña, el Alzheimer y otras demencias, la neuropatía diabética, la meningitis, la epilepsia idiopática, las complicaciones neurológicas del parto prematuro, los trastornos del espectro autista y los cánceres del sistema nervioso.
Sin embargo, los sistemas de salud en los países de ingresos bajos y medianos siguen siendo los más afectados por la falta de recursos humanos y financieros. La OMS señala que estos países tienen hasta 80 veces menos neurólogos por habitante que las naciones de renta alta, una brecha que limita la detección, el tratamiento y la atención continuada.
Brechas estructurales y falta de inversión
De los 194 Estados Miembros de la OMS, solo 102 (53 %) participaron en la elaboración del informe, lo que evidencia la escasa atención política que recibe esta área. Apenas 63 países (32 %) cuentan con una política nacional sobre trastornos neurológicos, y solo 34 (18 %) disponen de financiación específica para afrontarlos.
“Más de una de cada tres personas tiene alguna afección que afecta a su cerebro, y debemos hacer todo lo posible para mejorar la atención de salud que necesitan”, señaló el Dr. Jeremy Farrar, Subdirector General de la OMS. “Muchas de estas dolencias pueden prevenirse o tratarse eficazmente, pero la mayoría de los afectados no tiene acceso a los servicios necesarios, especialmente en las zonas rurales y desatendidas”.
Además, solo el 25 % de los Estados Miembros incluye estos trastornos dentro de la cobertura sanitaria universal, lo que deja sin atención a millones de pacientes. Los servicios especializados —como las unidades de accidente cerebrovascular, la neurología pediátrica o los cuidados paliativos— se concentran en las ciudades, ampliando las desigualdades territoriales.
El papel invisible de los cuidadores
El informe también pone de relieve la falta de apoyo a los cuidadores, un grupo mayoritariamente compuesto por mujeres. Solo 46 países ofrecen servicios de apoyo y 44 cuentan con protección jurídica para ellos. Esta falta de reconocimiento agrava las brechas sociales y económicas, ya que muchas familias deben asumir solas los costos y la carga emocional de la atención.
Una hoja de ruta global
Ante esta situación, la OMS recuerda que en 2022 los Estados Miembros aprobaron el Plan de Acción Mundial Intersectorial sobre la Epilepsia y Otros Trastornos Neurológicos, que busca reducir la morbimortalidad y promover políticas basadas en evidencia científica.
El plan propone una hoja de ruta que incluye:
- Priorizar los trastornos neurológicos en las políticas nacionales con inversión sostenida.
- Ampliar el acceso a la atención neurológica como parte de la cobertura sanitaria universal.
- Promover la salud cerebral durante todo el ciclo de vida.
- Fortalecer los sistemas de datos y monitoreo para decisiones basadas en evidencia.
La OMS insiste en que, si no se adoptan medidas firmes, la carga mundial de enfermedades neurológicas seguirá aumentando, así como las desigualdades entre países y regiones.
“Es hora de que la salud cerebral sea una prioridad política y social global”, concluye el informe.
Contenido de la web OMS / Foto ilustrativa Canva Pro.





